En España, como en el resto del mundo, existen grandes diferencias entre abrir una cuenta corriente o una cuenta de ahorro.

Principalmente, encontrarás 5 diferencias en base a: el uso que vayas a darle, la flexibilidad de acceso a tu dinero, los intereses que genere, las comisiones y el límite de saldo.

Una vez que tengas en claro las características de cada producto financiero ¡Será muy sencillo escoger la adecuada para ti! Sigue leyendo y entérate de todo lo que necesitas saber, antes de abrir tu cuenta bancaria.

El uso que vas a darle a tu cuenta bancaria es fundamental para saber qué tipo de cuenta necesitas.

Las cuentas corrientes son cuentas de uso diario. Esto significa que son ideales para pagar tus gastos cotidianos. Por ejemplo, puedes pagar facturas, hacer compras en comercios, etc. Además, te servirán para hacer retiradas de dinero en efectivo y recibir ingresos regulares (como tu salario).

En el caso de las cuentas de ahorro, estas son indicadas para guardar dinero a largo plazo. Principalmente, su función es brindarte intereses por el dinero que tienes acumulado.

Por ejemplo, en una cuenta de ahorro puedes guardar el dinero que proyectas usar en tus vacaciones, el del fondo de emergencias o el que necesitas para comprar tu casa.

Otra diferencia entre una cuenta corriente y una cuenta de ahorro, es el tipo de acceso que tendrás sobre el dinero.

En el caso de una cuenta corriente, el acceso es flexible. De esta forma, puedes retirar dinero en cualquier momento. Tanto a través de un cajero automático, mediante transferencias bancarias, cheques o tarjetas de débito.

Por el contrario, la cuenta de ahorro ofrece un acceso limitado a tu dinero. De esta manera, puede tener restricciones en los montos y plazos para el retiro de tu dinero.

En conclusión, mientras la cuenta corriente está diseñada para movimientos frecuentes y es de fácil acceso, la cuenta de ahorro está pensada para conservar el dinero, mantenerlo inmóvil y fomentar el ahorro.

Las cuentas corrientes no generan intereses o, simplemente, son muy bajos en comparación con las cuentas de ahorro.

Esto es así, porque son cuentas creadas para las transacciones diarias. De esta forma, el dinero se encuentra disponible, principalmente, para pagos y gastos del día a día.

En cambio, las cuentas de ahorro ofrecen tasas de interés más altas. Esta es una estrategia fundamental de los bancos para fomentar el ahorro. Además, es estas cuentas pueden ayudarte a hacer crecer tu dinero, sin riesgos.

Es usual, que la cuentas corrientes tengas comisiones mensuales y anuales. Además, los bancos suelen cobrar una tarifa por las retiradas de dinero en efectivo, transferencias a otras cuentas, etc. Estos gastos administrativos son los que te cobrarán en concepto de «Mantenimiento o Administración de cuenta»

Por su parte, las cuentas de ahorro manejan comisiones muy bajas o casi nulas. Esto es así, porque tienen por objetivo retener tu dinero y aumentar tus ahorros a través de intereses.

Por lo general, las cuentas corrientes no tienen límite máximo de saldo. Esto significa que, podrás ingresar todo el dinero que necesites para operar de forma diaria.

Mientras que, las cuentas de ahorro pueden tener límites mínimo y máximos de saldo. De esta manera, algunas de las condiciones para mantener altas tasas de interés, pueden estar sujetas a un importe mínimo en tu cuenta.